Resucitar

Bar Italia. Pulp.

Tres años después, volví a salir.

Me quedo con la sensación de caminar por la noche. Respirar la noche. Los sonidos. El ruido del garito lleno. El contacto de la botella fría en tus manos. Es como resucitar.

No es que yo estuviera muerta. Ni que me sintiera muerta. Es que la noche, la música, la cerveza… Todo eso era un ritual en mi vida. Que me gustaba. Y que hacía siempre que me apetecía. Unas veces más y otras menos.

Eso es lo que echaba en falta. La libertad de decidir si salir o no. Debo ser la típica persona que funciona al revés. Dime que no puedo hacer algo, que desearé hacerlo.

Pero no era tan sencillo. Había que saber esperar. Y soltar el lazo. Esto último es siempre lo más complicado. Aquella noche sentenció Noelia: “No son los niños. Somos nosotras”.

Mi libertad llegó a las 23:14 del viernes 28 de diciembre de 2012. Dejé a mi hijo mayor durmiendo y al pequeño despierto en casa de los abuelos. Y salimos Raül y yo al encuentro de unos amigos.

No os voy a engañar. Estuve pendiente del móvil. Sobre todo pensando por qué un niño de casi dos años seguía despierto a la 1 de la madrugada. Cuando al fin recibí el mensaje de que dormía, solté el lazo.

Él no lloró. Y yo casi lloro de felicidad.

Esa noche sujetaba la cerveza con ganas. Era una sensación muy familiar. Conversaba. Reía. Me sentía viva. Animada. Excitada.

Sonaba “Disco 2000” de Pulp cuando entré a Electropura. La sensación fue en aumento. La música palpitando. La gente avanzando. O retrocediendo entre la multitud. Otros bailando. Y a la espera de la siguiente canción. Poco más puedo decir del resto de la noche. Llegué a las cuatro de la mañana. Mis hijos dormían.

La ternura de verlos. De acostarme junto a ellos, después de haberlos dejado unas horas. Y de reencontrame con la que también soy yo. Más allá de madre. Es una sensación de plenitud difícil de explicar letra a letra.

Soy consciente de que los tiempos han cambiado para mí. Ya no soy la que veía amanecer con el rimmel corrido y los pies agotados de saltar al ritmo de mis favoritas.  Y es muy probable que jamás vuelva a sentirme como los protagonistas de “Bar Italia”, con los que tantas veces me he identificado.

Now if you can stand,
I would like to take you by the hand, yeah,
and go for a walk,
past people as they go to work.

Oh, let’s get out of this place,
before they tell us that we’ve just died.
Move, move quick, you’ve gotta move.
Come on it’s through, come on it’s time.
Oh look at you, you,
you’re looking so confused,
just what did you lose?

Pero aunque no todo vuelva a ser como era, he recuperado parte de lo que perdí. Que seguramente no vale nada comparado con mis dos hijos.

Pero eso también soy yo. Y ha vuelto.

Esto hay que celebrarlo. Otra vez.

3 pensamientos en “Resucitar

  1. Yo tambien fui al cine, fue encreible, disfruté como una enana. Chicas tenemos que repetirlo más veces este año, hay que soltar el lazo poquito a poco.

  2. Es curioso como nos cambia ser madres que no nos acordamos ni atrevemos a recuperar las que eramos antes. Mujeres, amigas, hermanas.
    No es que no nos guste ser madres, es que somos eso y muchas más cosas. Y descubrirlo es lo mejor que nos puede pasar!
    Bienvenida!

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